Además de una violación de la ley de inmigración, es un delito federal volver a entrar a los Estados Unidos después de una expulsión previa (sin permiso para volver a entrar). Cuando lo atrapen en la frontera o en el puerto de entrada, sin permiso para volver a ingresar, es probable que se enfrente a un proceso judicial y a una pena de prisión significativa.
Ahora más que nunca, las Fiscalías de los Estados Unidos procesan los casos de reentrada ilegal. Ahora es una clara prioridad del Departamento de Justicia federal concentrarse en el enjuiciamiento de los delitos de inmigración en la mayor medida posible.
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Si alguien que ha sido deportado, removido o excluido de los Estados Unidos regresa o intenta regresar sin permiso, esa persona generalmente es acusada de Reingreso Ilegal. La reentrada ilegal puede resultar en un castigo grave a largo plazo.
La pena por este delito depende en gran medida de los antecedentes penales del acusado:
